lunes, 4 de marzo de 2024

NI UNA MÁS, UN AÑO MÁS

Llegamos nuevamente a marzo, y parece obligado hablar sobre el Día Internacional de la Mujer. Y no es que no tengamos nada más de qué hablar, pero todavía no alcanzamos el objetivo del que hace gala el Movimiento Internacional Revuelta de Mujeres en la Iglesia, nacido en España, que dice: “Hasta que la igualdad se haga costumbre”.

Hoy en día, las mujeres seguimos constatando que, aún no somos iguales en derechos humanos, laborales, ni económicos, así como no lo somos en respeto a nuestra dignidad, justicia, libertad, autonomía. Por eso seguimos alzando la voz… hasta que la igualdad se haga costumbre.

Tampoco olvidamos la terrible experiencia de las niñas quemadas en estas mismas fechas hace ya siete años, el 8 de marzo de 2017, por la falta de atención y seguridad de las personas responsables del cuidado de las niñas que estaban bajo su tutela, irónicamente llamado Hogar Seguro.  A fecha de hoy, la justicia todavía no dicta sentencia sobre los responsables de este drama. Fue una tragedia que saltó a los medios de comunicación y pudimos conocer los hechos y denunciar tan tremenda injusticia. Pero hoy, sigue habiendo tantas niñas y adolescentes que son maltratadas en su dignidad, violadas por sus propios padres, hermanos, familiares varones que rompen sus sueños, apagan su voz y, de alguna manera, acaban con sus proyectos de vida.

Por eso seguimos levantando nuestra voz y nuestras manos exigiendo respeto, justicia y reconocimiento de nuestra dignidad de mujeres, adolescentes, niñas.

Muchas de nosotras somos mujeres de fe, que acogemos el proyecto liberador de Jesús y reconocemos al D**s que Él, desde su experiencia de desierto, descubre, acoge y ofrece para que creamos en ese Padre-Madre, que no hace distinción de personas y amando profundamente a cada una, la llama por su nombre y la reconoce hijo e hija suya, promoviendo una comunidad de iguales. El Proyecto de D**s, inaugurado por Jesús, es que el ser humano tenga vida y vida en abundancia. Entonces, no se entiende que tantos padres, hermanos, amigos, sigan rompiendo vidas de niñas, adolescentes.  

Por eso la pregunta: ¿Es esta realidad la que D**s quiere para cada una de nosotras? ¿Es este plan de vida lo que nos tiene preparado, lo que proyecta para mí? ¿Qué significa, para nosotras las mujeres, que nos digan en nuestras propias comunidades de fe que D**s nos quiere felices? Porque si mi vida ya está decidida por otros, ¿dónde quedan mis proyectos, sueños, esperanzas. ¿En dónde puede descansar mi fe, mi verdadero nombre, ese que D**s tiene pensado desde siempre para mí?

También en marzo, este año, iniciamos un tiempo de reflexión honda sobre nuestras vidas, actitudes, conductas, un tiempo que llamamos de invitación al cambio, a la conversión. También desde aquí invitamos a todas y todos a repensar nuestro espacio y a unir esfuerzos para que nuestra propia identidad y dignidad de mujeres sea reconocida y aceptada. De lo contrario, seguiremos alzando la voz… hasta que la igualdad se haga costumbre.



Chus Laveda
Integrante Núcleo Mujeres y Teología

 

martes, 20 de febrero de 2024

LA MIRADA ES UN RECURSO

 El libro de Emma Martínez Ocaña: Cuando la Palabra se hace cuerpo... en cuerpo de mujer, en el capítulo II, explica que la verdad del corazón se expresa en la mirada. Los ojos son el lugar de la lucidez: pueden mirar o cerrarse, profundizar o pasar de largo.

Viene a mi mente una experiencia que tuve, de un intercambio de miradas. Al ver directo a los ojos, fijo y profundamente, la otra persona no pudo contemplar a la realidad de mi mirada.  Pude constatar que se puede ver sin mirar, depende del color del cristal con que se vea y con quién es el intercambio de mirada. Los preconceptos no nos dejan comprender la realidad con honradez o franqueza, nos hacen negar lo que nos incomoda ver.

Hay experiencias que pueden transformar nuestra mirada. Hay miradas distraídas y otras que perciben lo observado. Las hay superficiales y otras atentas, que ven a la persona y su potencial. Hay miradas secretas y otras respetuosas que dignifican, también están las miradas controladoras, como las contemplativas; además las que condenan, otras amorosas y esperanzadoras.

En algunos textos bíblicos encontramos relatos opresores, cosificadores, impuestos por el patriarcado, que omiten la presencia de las mujeres o que no toleran que tengan valía y autoestima.  Por otro lado, hay textos en donde sí existe una mirada con la cual se percibe la inclusión y la consideración.

 Intercambiar dicha mirada te hace poner en pie, tras años de vivir sujeta y encorvada. Es una mirada que te hace cobrar nombre propio dejando el anonimato. 

En Lucas 13, 10-17, la mujer encorvada podría ser tú o yo, quizá Rosa, Juana, Marina, María, Dora. Como ella, iremos por la vida dando fe de aquella mirada transformadora que incorporamos a nuestra vida.

En Juan 8, 1-11 el poderío patriarcal condena a la mujer adúltera, a quien en nuestros días sigue condenada a ser violentada y estigmatizada. El sistema dictamina que ella como mujer, carece de derechos. Nadie se los otorga, está sola, silenciada.

Los ojos frente a frente, desde la mirada de Jesús, la encuentra llena de respeto y ternura, cuando él le dirige estas palabras “Mujer ¿ninguno te ha condenado?”. Este hermoso encuentro invita a ver desde otra perspectiva, al próximo o a la próxima con ternura, brindando una mirada compasiva.

Que la Ruáh nos siga conduciendo, que el amor así mismas sea base sólida para romper los esquemas que minan la dignidad y la justicia.

Mujer, tu eres sabia, capaz, valiosa. Tu mirada de mujer es transparencia de Dios. 


Irma Rosa Veliz Ochoa 

Núcleo Mujeres y Teología

Febrero 2024

 

Referencias:

Emma Martínez Ocaña. Cuando la Palabra se hace cuerpo… en cuerpo de mujer. 3ª edición, 2010, NARCEA. Madrid, España.
Rûah En la Biblia, el término hebreo que designa al Espíritu Santo.
Https://www.vatican.vazhe.j

martes, 23 de enero de 2024

Brígida: Fortaleza y esperanza para nosotras en el Siglo XXI


Santa Brígida de Kildare, patrona de Irlanda, primera monja y abadesa de Irlanda, ha pasado de ser una figura folclórica a ser ícono de feminismo en el siglo XXI. Nace en 450, hija de un rey pagano y una bellísima esclava. A los 12 años toma los votos de castidad, tratando de escapar de un largo desfile de pretendientes. Irlanda en estos momentos es tierra de celtas paganos y el imperio en Roma se está desmoronando.

Debajo de un roble sagrado, la jovencita Brígida construye una celda e inicia la vida de monacato. Con los años, construye una iglesia de roble, dándole el nombre al lugar, Kildare. En este lugar había una llama eterna cuidada por las vírgenes del pueblo. Brígida es conocida como la portadora de luz, responsable de la iluminación y del calor, desde el que trae la primavera hasta el que funde los metales. Es conocida como la luz que no quema.

Logra convertir a las personas del lugar, y aún de más lejos cuando inicia peregrinaciones con San Patricio, con quien estableció una gran amistad: una misma mente, un mismo corazón. Establece el primer monasterio para mujeres en Irlanda, y pronto son dos, uno para mujeres y otro para hombres; es nombrada abadesa. Esta Brígida que fundó Kildare,[1] dejó una huella profunda en un mundo de hombres. Durante siglos, la abadesa de Kildare fue probablemente la mujer más poderosa de Irlanda.

Brígida es recordada por sus 46 milagros, más que el mismo Jesús. Deja pozos de curación para las enfermedades, embarazos y partos, huesos rotos, tanto para personas como animales. En atención a unos pobres, les deja una vaca que da leche para siempre. Logra extender su manto mágico por todo el condado cuando le ofrecieron las tierras que cubriera con él. Hasta es recordada como la partera de María durante el alumbramiento de Jesús. Le ayuda a escapar de Herodes con el niño.

La biografía de Brígida también descansa en las tradiciones paganas celtas, que cuentan con Brigid, una diosa madre celta. Los celtas también adoraban a una divinidad triple, compuesta por tres hermanas, todas ellas llamadas Brigid, diosas de la poesía, la sanación y la herrería, respectivamente.

La historia de Brígida es parte de una larga tradición oral, con adiciones de los antepasados celtas y sustracciones de los poderes patriarcales que buscaban reducir la influencia del recuerdo de una mujer santa. Sus escritos y parte de su obra física fueron destruidos por Enrique VIII y durante la Reforma. Condren[2] rescata su historia de relatos escritos de sus contemporáneos, separando los mitos de la historia verificable. Termina su trabajo con los siguientes párrafos:

“En la fiesta de Belfast, nuestra última reunión, forjamos nuestras armas espirituales para el año entrante echando mano a sus símbolos. Invocamos la protección de su manto empapado de rocío; nos limpiamos con agua de sus pozos; bebimos leche de la vaca pura y blanca; mojamos su pan en la miel de sus abejas para alimentarnos con vistas al viaje que tenemos por delante.

En un mundo nuclear, las viejas imágenes ya no nos sirven. Nuestra actitud hacia la tierra, nuestros cuerpos y nuestras almas debe cambiar. Nuestro rechazo de la tierra y de nuestros orígenes en cuerpos de mujeres debe dar paso a un profundo sentimiento de gratitud y de responsabilidad. Debemos pasar, de los fuegos sacrificiales del patriarcado, a los ardientes fuegos interiores. Debemos volvernos, de capacitación comprometiéndonos una vez más a convertirnos en hijas de Brígida: Guardianas de la llama.” 

Invocación a Brígida, pidiendo su protección[3]

No seré muerta,
No seré herida,
No seré hecho prisionera,
No seré acuchillada,
No seré despedazada,
No seré saqueada,
No seré pisoteada,
No seré desnudada, no seré partida en dos,
ni Cristo permitirá que yo sea olvidada,
Ni el Sol me quemará,
Ni el fuego me quemará,
Ni el haz de luz me quemara,
Ni la luna me quemará.

 Sheryl Schneider

Integrante Nucleó Mujeres y Teología


[1] No debe confundirse con Santa Brígida de Suecia (1303-1373), patrona de Suecia, Europa y de las viudas.
[2] Condren, op cit, páginas 134-135.
[3] Alexander Carmichael, editor, Carmina Gadelica, 2 vols., Constale, Edinburgo, 1900, pp. 169-172, visto en Mary T. Condren. Brígida: Forjadora de almas para el nuevo milenio. Páginas 121-135 en Elisabeth Schüssler Fiorenza y Ma. Pilar Aquino, editoras. 2000. En el poder de la sabiduría; espiritualidades feministas de lucha. Concilium 288. Estella (Navarra) España. El original fue modificado para expresarlo en femenino.

jueves, 14 de diciembre de 2023

CARTA A UNA AMIGA

 Querida amiga:

Cuando miro la lluvia caer sobre mi jardín, recuerdo tus lágrimas rodar en tus mejillas. Y me duele amiga, me duele tu dolor de un corazón partido por la indiferencia, el cansancio, la injusticia. Las palabras grotescas y las miradas hirientes que te flechan el alma. La lluvia evoca tu llanto, las tardes grises y nubladas me recuerdan tu mirada triste y perdida por el dolor de una vida sin vida.

Dexmac, 2023

Me duele amiga, me duele tu dolor. Pero quiero decirte que no estás sola, tu dolor es compartido por muchas otras mujeres que al igual que tú, se sostienen en pie por la fuerza de voluntad y con esperanza de un cambio en sus vidas. No estás sola amiga. Muchas otras mujeres también sufren por el desamor y el trato injusto de una sociedad que nos ha tenido como seres inferiores.

Aquí en el silencio de nuestra complicidad quiero decirte amiga que también me duele ver a la tierra herida y sangrando por el trato cruel de la sobreexplotación. La tierra también gime de dolor, igual que tú. Qué extraña relación, ¿no te parece? Esto es lo que se llama Ecofeminismo. Es esa percepción de las relaciones desajustadas que surge de la observación, del percibir y sentir de las mujeres como seres explotados, subestimados, minusvalorados.

Ven amiga, hablemos de Ecofeminismo. Seca tus lágrimas que quiero dar un bálsamo para tu herida. No estás sola, somos muchas las que compartimos el dolor y la pena, muchas las que buscamos reivindicar las relaciones injustas que golpean y marchitan las esperanzas. Te explico; el ecofeminismo plantea que la pobreza tiene rostro concreto, tiene rostros de mujeres que en el mundo carecen de tierra, de techo digno, de trabajos bien remunerados y de conocimientos tecnológicos que las coloquen en igualdad de condiciones. Plantea también que hay una violencia sistematizada hacia las mujeres, pero también hacia la tierra, hay femicidios atroces, pero también ecocidios, porque la tierra está muriendo también. Las mujeres y la tierra parecen que se fusionan en un abrazo con sabor a injusticia.

Todo esto amiga lo notamos y lo sentimos en carne propia, porque nuestros cuerpos han sido abusados y explotados como propiedad del varón, porque la historia les ha dado el poder de decidir sobre nosotras. Pero también la tierra gime por el maltrato de una humanidad con rostro de hombre, que se ha apoderado de sus néctares de forma egoísta y malsana. Que dolor amiga ver bosques muriendo por el egoísmo de hombres cegados por el poder, animales extinguiéndose por la caza indiscriminada, mares contaminados por el odioso plástico que nos envenena...Son muchas las heridas que nuestra madre tierra sufre a manos de poderes y saberes perversos.

La pachamama sufre también amiga, como tú y como yo. Es por eso que el ecofeminismo levanta la voz sabia del sentipensar femenino y nos invita a la reflexión. Hay algunas claves amiga que nos pueden ayudar a sanar heridas, a reinventar nuestra propia historia con esperanza. Pon atención que son claves sanadoras: La primera clave es que la tierra y nosotras las mujeres somos lugares teológicos. ¿Sabes qué significa esto? Que somos lugares sagrados, habitados por Dios. La divinidad se manifiesta en nosotras, en nuestros cuerpos y también en la tierra, en la naturaleza, en el bosque y los animales. Somos espacios sacrales, donde la divinidad habita y se revela.

Una segunda clave muy sanadora para reinventar la vida en nosotras mismas, es que el cosmos en su totalidad es nuestro lugar. Somos parte del universo como un todo. Por eso los seres humanos somos cuidadores de la biodiversidad. Esto nos coloca en una posición de custodia de lo creado, ya no de explotación y dominio. Somos un solo ser con la vida natural, y de esta manera la creación en la biblia debería ser reinterpretada. Las mujeres no somos posesión del varón, somos creación en igualdad de condiciones. Fuimos creados para acompañarnos y caminar juntos en la aventura de la vida. Somos un todo con la creación. Y esto amiga, sin duda que lo entendemos mejor las mujeres, pues nosotras conectamos más rápido con el canto de las aves, el olor de las plantas o el lenguaje de los animales.

Una tercera clave amiga, tiene que ver con las relaciones ya no solo humanas, sino ecohumanas, en clave de alianza. El agua, la biodiversidad, es parte de la vida, y la vida humana sin ellas no tiene vida. Somos un encadenamiento, dependemos unos de otros, todos y todas nos necesitamos. El ser humano no puede vivir sin la naturaleza, es por eso que la invitación es a relacionarnos en el respeto y la comprensión de que somos un solo cuerpo viviente en este planeta azul. Ya ves amiga, seca tus lágrimas, que nuestra tarea es importante. Tu dolor unido al de tantas mujeres que han sufrido discriminación, es una fortaleza para entender que solo desde la unidad somos fuertes.

Y la cuarta clave te va a gustar aún más. Es el llamado al jubileo. Esto significa que necesitamos un tiempo de descanso, de renovación, de cancelación de deudas. Estamos llamadas a un nuevo comienzo, a dar oportunidad a quien no la tenía, es un tiempo de sanación. Tú te lo mereces amiga, lo necesitas al igual que yo, lo necesita la tierra para renovarse, para recuperarse del desastre ecológico que le hemos propinado, en especial desde los hombres egoístas y avaros. Vamos amiga, vamos a gritar y pedir esta nueva oportunidad de renovación. Lo necesita nuestra madre tierra, y lo necesitamos nosotras. 

María Vélez, 2017

Estas nuevas relaciones ecofeministas se basan en tres principios muy importantes: a) alteridad (el reconocimiento de la otra como otra, visibilizándola en un contexto en que las mujeres suelen estar invisibilizadas), b) sororidad (la otra es mi hermana, confío en ella, contribuyo a su empoderamiento como mujer) y c) reciprocidad (la otra es valiosa, aporta a mi vida e igualmente, yo le aporto a la suya)

Anímate amiga, somos muchas las mujeres que no queremos más dolor en nuestras vidas, queremos libertad, queremos estar sanas para cantar, reír, gozar y soñar. Queremos construir caminos nuevos en donde seamos nosotras mismas. El ecofeminismo nos conduce a vivir conectadas con nosotras mismas, con la comunidad y con la naturaleza.

Ven amiga, hermana… te invito a beber de diferentes fuentes. Busquemos juntas otros pozos, otras nacientes de agua cristalina y limpia que nos purifiquen y laven las heridas, Esto implica transgredir y trascender, dos verbos que debemos practicar para poder vivir una espiritualidad sanadora y liberadora.  No tengas miedo, ven que vamos juntas, pero es necesario traspasar los límites, ir más allá. Solo esto nos liberará.

Vamos, sécate tus lágrimas, dame tu mano que te acompaño en este caminar, que juntas somos fuertes.

Con amor sororal y fraterno.

Nieves Lucía Rodríguez Quesada.

Teóloga y co-fundadora del Núcleo Mujeres y Teología

martes, 21 de noviembre de 2023

MUJER, MUJERCITA

Moncada, José María
  

Inicio con este poema que a la mayoría de las mujeres se les enseña conforme van creciendo y desarrollándose en su etapa adolescente. Si bien no te lo enseñan en la casa, la escuela, la iglesia o en la misma comunidad, las circunstancias y la misma sociedad te van diciendo cómo debe ser una mujercita, para convertirse en una verdadera mujer, que sea vista como mero objeto de belleza que está al servicio del patriarcado.

Quiero en estas líneas compartir que, en el mes de septiembre celebramos una vez más las XXVI Jornadas Mujeres y Teología. En estas Jornadas nos regocijamos al escuchar a dos Mujeres que con su sabiduría han ido enriqueciendo y fortaleciendo nuestros conocimientos.

Mujeres que, desde sus aportes en investigación teológica y feminista, siguen mostrando al mundo cómo el patriarcado ejerce la violencia y sumisión de las mujeres a lo largo de la historia para lograr sus objetivos.

Dino, 2023
¡Ay! de quienes se atrevan a alzar la voz o bien alterar el orden establecido, porque son vistas como irreverentes, revoltosas y no merecedoras de ser escuchadas, mucho menos seguidas.

Pero hoy, gracias a muchas mujeres más, que se han atrevido y se han sumergido en los estudios bíblicos y en la exégesis feministas, nos muestran la otra cara de la historia que no se ha contado. Mujeres que han luchado, expuesto su vida y dejado su tierra por la justicia y libertad de todo un pueblo.

Han marcado caminos que, desde su servicio y atención al pueblo, se han ganado un lugar y reconocimiento en la historia. Esto y más han dejado las ponentes invitadas en estas Jornadas teológicas.


XXVI Jornadas, 23 de septiembre, 2023

¿Y quiénes fueron las Ponentes?

“Marilú Rojas Salazar: Teóloga feminista mexicana. Doctora en Teología Sistémica, investigadora y profesora de cursos de posgrado en la Universidad Iberoamericana de México y en la comunidad teológica de México”.

Nos envuelve con reflexiones profundas sobre la risa, el llanto, el erotismo y cómo desde nuestra alquimia las mujeres somos co-creadoras en esta tierra. Cómo la risa desmesurada nos aporta la liberación y sanación, así como el llanto profundo que desahoga y limpia lo más profundo de nuestro ser para invitarnos luego a no solo soltar costumbres patriarcales, sino transformarnos a nosotras mismas.

“Marilú Rojas, nos envuelve en ese contexto epistémico y teológico que nos muestra cómo las mujeres desde la historia hemos sido privadas de expresar nuestros sentimientos y entre ellos, nuestra risa a carcajadas y cómo se ha enseñado a considerar el llanto como debilidad y cómo ella, lo muestra como parte de la lucha y resistencia que las mujeres en la historia llevamos”.

También nos acompañó, María Cristina Ventura: (Tirsa), dominicana biblista y teóloga feminista. Doctora en Ciencias de la Religión con Énfasis en Antiguo Testamento y Doctora en Pedagogía. Investigadora y profesora universitaria. Desde el profetismo nos invita a ver la otra cara de Ezequiel (13, 17-23), quien persigue y cuestiona a mujeres que se han atrevido a llevar el profetismo de manera diferente al establecido, llamándolas profanas, mentirosas, y condenándolas a morir por no seguir la reglas.

Cada una comparte elementos que nos ayudan a comprender y ver la historia con ojos de mujeres y feministas. Nos corresponde a nosotras también dejar nuestro aporte y legado a las generaciones que a la par de nosotras están creciendo y transformando sus vidas. Hoy ya no más mujeres sumisas y recatadas como las quiere el patriarcado. Hoy necesitamos más mujeres profetas, lideresas que defiendan su cuerpo, que tomen sus propias decisiones y que nos provoquen con sus nuevas alquimias como en la historia lo hicieron.

Braulia Amado
Integrante del Núcleo Mujeres y Teología de Guatemala

Bibliografía

 Moncada, José María, Poema Mujercita, Recuperado de, https://nicasnews.com/efemerides/1870-general-jose-maria-moncada-natalicio/.

Conferencia: La risa, el llanto y la erótica como actos de subversión epistémica en la teología Feminista. Dictada por Dra. Marilú Rojas.

Conferencia: Postura ética de mujeres en la biblia, una respuesta para la justicia de género. Dictada por Dra. María Cristina Ventura.



martes, 10 de octubre de 2023

Carta ecofeminista para la amiga de color verde y violeta


Fuente: Paü Victoria, 2020.
 Fuente: Paü Victoria, 2020.

Hola querida amiga, usted como yo, vibramos y nos apasionamos por las causas de Jesús, del Reino, de la justicia y especialmente por la causa de las mujeres.

Este camino lo hemos iniciado juntas hace más de 25 años y aún hay tanto que aprender, que compartir, que soñar y que trabajar y eso tenemos que hacerlo junto a tantas mujeres y hombres que anhelamos cambios profundos que deseamos hacer realidad en nuestros países en nuestra Casa Común.

Hoy quiero compartirle algunas ideas que me han marcado en la clase de Ecofeminismo que imparte el Núcleo Mujeres y Teología.  Estas reflexiones nos llevan a comprometernos más en la escucha del grito de las mujeres y del grito de la tierra. Estos gritos son un clamor que hoy llega hasta el cielo y también a nuestras conciencias. Se trata de un cambio de paradigma, un cambio de mirada, de senti-pensar acerca de las múltiples crisis que vivimos como humanidad. Es un despertar, como decía Berta Cáceres: “Despierta humanidad, despierta” y es que como ella hoy muchas mujeres con conciencia feminista descubrimos que vivimos bajo estructuras “patriarcales, clasistas, sexistas y racistas” que basan las relaciones de poder en nuestras culturas capitalistas y patriarcales, que provocan la injusticia, la exclusión, opresión y destrucción de los seres humanos más vulnerables, especialmente mujeres, niñ@s y de la Casa Común.

 La provocativa propuesta que nos llega desde el ecofeminismo es la de plantear y poner de relieve que esta nueva teología contextual, es una teología sanadora de las mujeres y de la tierra. Ya que la teología es una sabiduría que nos ayuda a mirar nuestra vida de manera significativa, que nos lleva a ser capaces de interpretar la realidad con una mirada honda y profunda desde la fe y la imagen que tenemos de Di*s y lograr de esta manera una reflexión crítica sobre la praxis mediante la confrontación de esta con la Palabra de Dios, con el Misterio Salutis, con la persona de Jesús, con su acción sanadora y liberadora.

Querida amiga, usted sabe que nuestros pueblos y también nosotras mismas como mujeres experimentamos día a día la enfermedad y el sufrimiento ante tanta violencia provocada por el patriarcado, deseamos vivamente la salud de nuestros cuerpos y de nuestras relaciones. También la Madre Tierra sufre, la Creación entera enfrenta las problemáticas ambientales, causadas por el sistema capitalista, utilitarista y sobre explotador.  No podemos separar el sufrimiento de las mujeres y el de la Tierra ya que ambos tienen la misma fuente, la misma raíz, una visión centrada en el antropocentrismo, que hace que los hombres se crean dueños de la Creación, y que piensen – equivocadamente-, que son seres superiores a las mujeres, a quienes nos ven como alguien a quien nos pueden y deben someter. Esto ha sido reforzado por una teología androcéntrica, por una concepción de un Dios, como un ser exclusivamente masculino y no como un Di*s padre y madre, un Di*s que cuida y da vida como nos lo presenta la Biblia.

Estamos llamadas a ser mujeres medicina, capaces de sanar nuestras relaciones con los demás, con la naturaleza y con Di*s. Hemos visto la necesidad de una teología saludable. Saludable para las mujeres y para la tierra. ¡Cuánto bien se puede hacer! Y esto a la manera de Jesús. Durante siglos hemos visto como la teología cristiana nos ha dañado y nos ha llevado a relaciones enfermizas, de dominio y explotación hacia las mujeres y hacia la tierra.

FUENTE: EMILIO CHUVIECO- onmes

La teología feminista ha percibido que la contaminación estaba enfermando a las personas, a los pueblos, a los animales, a las plantas y a la Casa Común.  En los últimos años, la pandemia del Covid 19, puso en evidencia las “otras pandemias” que durante siglos han enfermado y dañado a la humanidad: la desigualdad, la violencia, la injusticia sistemática que actualmente abonan el deterioro ecológico y la exclusión social y religiosa de las mujeres…. Imagínese amiga cuánto daño, cuánto dolor y sufrimiento, cuántas muertes han causado estos males…. El ecocidio, el feminicidio… Tenemos que parar este deterioro de la calidad de vida de los más vulnerables, de los niños y niñas, de los pobres, de las mujeres y de la Pacha Mama.

Urge una teología saludable, una espiritualidad saludable para que, como creyentes, desde nuestra fe podamos establecer unas relaciones sanadoras, armonizadoras con la tierra y entre nosotras, entre todos hombres y mujeres.  Por ello estamos invitadas a revisitar y a cuestionar los textos bíblicos, porque desde ellos se ha legitimado el sistema patriarcal y capitalista que ha llevado a relaciones de dominio y enseñoramiento de los hombres sobre las mujeres y entre los demás seres de la naturaleza.

Desde los textos e imágenes bíblicas que nos inspiran a cuidar y no hacer daño, a proteger la vida, a sanar los cuerpos, la vida y las relaciones podemos ayudar a iniciar procesos de sanar las formas de habitar en esta tierra. En Jesús y en la Divina Ruah cada una de nosotras encontramos la capacidad de sanar y de sanarnos. En los cuatro evangelios encontramos a Jesús sanando a muchas mujeres. La mujer con flujos de sangre Mc 5, la hija de la sirofenicia, la hija de Jairo Mc 5, a María Magdalena Lc 8, a la suegra de Pedro Mc 2, a la mujer encorvada, a cada una de ellas Jesús le ha restablecido la salud con sus palabras, con su mirada, con su presencia.  Él y ellas nos inspiran, nos hablan y nos dicen que Jesús quiere restablecernos dándonos la salud del cuerpo y la participación en la sociedad como sus discípulas.

En sororidad y fraternidad seremos capaces de transformar las relaciones entre hombres y mujeres y con la tierra.  La propuesta y la apuesta es, mi querida compañera, plantear nuestras relaciones desde una espiritualidad de una alianza de amor, armoniosa y saludable, buscando así un cambio radical en nuestras relaciones. A la vez el eco ecofeminismo apela a una mística democrática cósmica.

Se imagina amiga que gran misión la que nos espera: Buscar juntas cambios de mentalidad, cambios de estructuras jerárquicas piramidales, por unas más circulares y abiertas, en donde quepamos todas y todos, liberándonos así del dominio y la exclusión. Proponemos unas relaciones más horizontales y más holísticas.

En una línea parecida, el papa Francisco ha hablado a la humanidad sobre el cuidado de las personas y de los ecosistemas naturales y ha dicho que ambos son inseparables.  Ha pedido que esta visión sea tomada en cuenta en la acción socio pastoral de la Iglesia.  No se ha explicitado abiertamente la situación de género, aunque se hable del ecocidio y del feminicidio. Esperemos querida amiga, que en el Sínodo de la Sinodalidad se toquen abiertamente estos temas y se abran espacios a las mujeres en la toma de decisiones y la participación ministerial. 

Un abrazo en la distancia.

Miriam Ester Landa
 Teóloga y Magíster en teología espiritual, religiosa y docente universitaria. 
Cofundadora del Núcleo Mujeres y Teología.